Historia del turf argentino

Durante varias décadas, el argumento de que el turf promovía el refinamiento de la raza caballar cumplió una importante función adicional, referida a la relación entre turf y juego. Una vez que la Crisis del Noventa

Ojo de Agua, por ejemplo, tenía ventas que superaban los $100.000 m/n anuales ya a fines de la década de 1890.[134] En 1904

brindó a los pescadores de río revuelto un poderoso tiburón de colosales dimensiones”, y concluía que este hipódromo, “en lo

a que les sustraía a los apostadores alrededor del 10% del dinero arriesgado), el club

20.000 m/n a $775.000 m/n, de manera que crecieron más de quince veces en moneda constante. Las tres cuartas partes

El triunfo de Souvenir fue recibido con gran sorpresa, ya que nadie le atribuía mayores posibilidades de éxito a un animal que hasta entonces no había tenido una performance destacada.

José Viera, tenía apenas 11 años. Para este niño

Antonio Pirovano, un conocido médico, se acercó a socorrer al jinete. Mientras tanto, una multitud de curiosos, entre los que predominaban socios del Jockey Club

muchedumbre amotinada vociferaba contra los precios y contra la empresa, que obligaba a muchos concurrentes a estar entre los caballos y carruajes. […] Hasta se gritaba ¡fuego al palco

entrada general para los espectadores a pie se fijó en $10 m/c (el signo monetario de ese entonces), que equivalían a unos $0,4 en moneda metálica. El costo de esta entrada representaba cerca de la mitad del ingreso percibido por un obrero no calificado por una jornada de trabajo, o entre el 2 y el 3% de su ingreso mensual. Quien quisiera ingresar con su caballo debía abonar $15, y $30 en caso de que se tratase de un carruaje. El acceso a la tribuna costaba entre $25 y $125. Los palcos tenían un costo de $500