Una alternativa sería apoyar un modelo de producción medioambientalmente sostenible y una forma de vida cooperativa, en la que la producción de bienes públicos usados por todos sea fundamental: sanidad pública, educación, transporte, agua y saneamiento, energía, calles, parques, etcétera. Algunos de estos servicios serían prestados de forma gratuita, como la sanidad pública. En otros, como el agua, podrían aplicarse tarifas no uniformes, con un precio mayor por unidad para los consumidores más pudientes y más económico para los que poseen menos recursos.