La advertencia es ésta: Si usted se tumba en la cama, cerciórese de que lo hace sin motivo ni justificación alguna. No me refiero, naturalmente, al que esté seriamente enfermo. Pero si un hombre sano está tumbado en la cama, hágalo sin pizca de excusa; entonces se levantará de la cama sano. Si lo hace por ciertas razones higiénicas secundarias, si su actitud tiene alguna explicación científica, muy bien podrá levantarse hipocondríaco.