Los detectives salvajes

Atrás queda la A y la E que se desangran colgadas de un balcón al que a veces vuelvo en sueños.

No sé por qué, pero fue a él a quien elegí e incluso durante algunos días me perdí en la ensoñación del amor

me he acostado con todos los poetas de México

el mayor problema era que casi todos tenían más de veinte años y se comportaban como si no hubieran cumplido los quince

La universidad era real, la Facultad de Biología era real, mis profesores eran reales, mis compañeros eran reales, quiero decir tangibles, con objetivos más o menos claros, con planes más o menos claros. Ellos no.

Se puede conquistar a una muchacha con un poema, pero no se la puede retener con un poema. Vaya, ni siquiera con un movimiento poético

pruebas de iniciación a la vida adulta aterrorizadoras

Y entonces comprendí que en el fondo de su ser ese tipo era un canalla. Porque una cosa es engañarse a sí mismo y otra muy distinta es engañar a los demás

ellos sólo parecía gustarles lo que hacían ellos mismos

ordenar las ideas y exponerlas con claridad