Nunca había contemplado un burdel bajo el sol, a plena luz del día. Siempre de noche, en las sombras y con la cabeza turbia por la bebida, pues un hombre cínicamente honesto debe entrar siempre borracho en esos sitios.
Aldoidézett2 évvel ezelőtt
A… gua, a… gua, a… gua
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agua por mandato de Dios y de ese rey sin espinas
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unos gestos de niños inconscientemente crueles
Jośe Carrasco Amadoridézett3 évvel ezelőtt
Sólo muriendo se deja de existir. Pero la muerte, a su vez, es tan absurda y tan inútil como la existencia misma.