El Hombre de Arena me había deslizado en el mundo de lo fantástico, donde el espíritu infantil se introduce tan fácilmente.
Antonela Espinozaidézetttegnap
«Vamos niños, a la cama… ¡el Hombre de Arena está al llegar…! ¡ya lo oigo!».
Dimmoiselleidézett9 hónappal ezelőtt
¡Cómo hablan de lagos y de espejos! No podemos contemplar a esta muchacha sin que su mirada haga brotar de nuestra alma cantos y armonías celestes que nos sobrecogen y nos animan. ¿Acaso no cantamos nosotros también, y alguna vez hasta creemos leer en la tenue sonrisa de Clara que es como un cántico, no obstante algunos tonos disonantes?
Dimmoiselleidézett9 hónappal ezelőtt
¿Quién no ha sentido latir su sangre en las venas y un rojo ardiente en las mejillas?
Sofi An Cruzidézettelőző év
-¿No puedes mirarme? Coppelius te ha engañado, no eran mis ojos los que ardían en tu pecho, eran ardientes gotas de sangre de tu propio corazón… yo tengo mis ojos, ¡mírame!
Eunice Banderasidézett2 évvel ezelőtt
Pensó entonces que las almas frías encerraban estos profundos misterios sin saberlo, y que Clara pertenecía a esta naturaleza secundaria, por lo cual decidió hacer todo lo posible para iniciarla en tales secretos.
Eunice Banderasidézett2 évvel ezelőtt
La vida era sólo sueños y presentimientos; hablaba siempre de cómo los hombres, creyéndose libres, son sólo juguete de oscuros poderes, y humildemente deben conformarse con lo que el destino les depara.
Eunice Banderasidézett2 évvel ezelőtt
Quizá creerás, lector, que no hay nada tan maravilloso y fantástico como la vida real, y que el poeta se limita a recoger un pálido brillo, como en un espejo sin pulir.
Eunice Banderasidézett2 évvel ezelőtt
Sólo la creencia en su poder enemigo las vuelve enemigas.
Eunice Banderasidézett2 évvel ezelőtt
Si tenemos la suficiente firmeza, el valor necesario para reconocer el camino hacia el que deben conducirnos nuestra vocación y nuestras inclinaciones, para caminar con paso tranquilo, nuestro enemigo interior perecerá en los vanos esfuerzos que haga por ilusionarnos.