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Jennifer L. Armentrout

Puro

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  • Solange Anahiidézettelőző év
    Seguiste a tu corazón y sí, a veces las decisiones que has tomado no eran las correctas, pero ya lo sabes. Has aprendido de ellas.
  • Solange Anahiidézettelőző év
    No hay nadie como tú, Álex.
  • Solange Anahiidézettelőző év
    te metiste dentro de mí, te convertiste en parte de mí.
  • ᴀʀɪᴀᴅɴᴀ | ⋆.ೃ࿔*:・idézett3 évvel ezelőtt
    Me lancé hacia él.

    —No. No puedes hacerlo. No voy a permitirlo. No vas a morir…

    Aiden se giró y me cogió de los hombros.

    —Voy a hacerlo y tú me vas a dejar. Por favor, por una vez, no me lleves la contraria. Haz lo que digo —me miró a los ojos y cuando volvió a hablar lo hizo casi susurrando—. Por favor.

    Cerré los ojos intentando evitar las lágrimas.

    —No lo hagas.

    —Tengo que hacerlo. Ya te he dicho que nunca dejaré que te ocurra nada. Lo decía en serio —Aiden se dirigió a Seth—. Idos ya.
  • ᴀʀɪᴀᴅɴᴀ | ⋆.ೃ࿔*:・idézett3 évvel ezelőtt
    Estás loco, estás tan loco como Álex. Si alguien descubre lo que vas a hacer, estás…

    —Ya lo sé. Vete, vete ya, antes de que venga alguien más. Yo me encargo de esto.
  • ᴀʀɪᴀᴅɴᴀ | ⋆.ೃ࿔*:・idézett3 évvel ezelőtt
    —Sácala de aquí. Coge el jet de Lucian y llévatela a Carolina del Norte. Usa compulsiones si hace falta para salir de aquí sin él; no me importa. Si alguien os para u os pregunta por qué os vais, decidle que los daimons tenían planeado llevarse al segundo Apollyon. Que era demasiado arriesgado que se quedase aquí.

    Seth asintió, con los ojos brillando.

    —¿Y ellos?

    Aiden miró hacia los puros.

    —Yo me encargo —habló con voz baja—. Lo que ha pasado aquí nunca saldrá de esta sala. Confía en ello.

    —¿Seguro? —Seth frunció el ceño—. Si cambias de opinión, Álex está perdida. Podemos hacerlo…

    —No vamos a matarlos
  • ᴀʀɪᴀᴅɴᴀ | ⋆.ೃ࿔*:・idézett3 évvel ezelőtt
    Había luchado contra las furias y me dijo que había hecho un buen trabajo, Aiden. Luego se disculpó. Tenía que hacerlo. Dijo que no podía haber dos de nosotros y que tenía que proteger su raza. Iba a matarme. Tenía, tenía que hacerlo. Ni siquiera sabía su nombre y lo he matado.

    En los ojos de Aiden vi dolor y miedo, y luego tomaron un aspecto duro. Ardían con determinación y furia. Seth se arrodilló y dio la vuelta al Guardia.

    —Está bien —Aiden alzó el brazo para intentar quitarme los dedos de la daga—. Dame el arma, Álex.

    —No —negué con la cabeza—, tiene mis huellas. Es mía.

    —Tienes que dármela, Álex.

    Negué con la cabeza y la sujeté con más fuerza.

    —Tenía que hacerlo.

    Aiden fue soltándome poco a poco los dedos.

    —Lo sé, Álex. Lo sé —miró hacia atrás antes de volverse hacia mí—. Ni una palabra de esto a nadie. ¿Me entiendes?
  • ᴀʀɪᴀᴅɴᴀ | ⋆.ೃ࿔*:・idézett3 évvel ezelőtt
    Aiden fue el primero en atravesar la puerta. Ambos, él y Seth, se pararon a unos cuantos metros de mí. Podía imaginar qué estaban viendo: montones y montones de polvo azul, los cuerpos, las puertas rotas, y Dawn asustada bajo la estatua.

    Luego me vieron a mí, de pie con el arma sangrienta en la mano y un Guardia del Consejo muerto a mis pies.

    —Álex, ¿estás bien? —Aiden cruzó la sala—. ¿Álex?

    Pasó por encima del Guardia caído y se puso frente a mí. Tenía un moratón bajo su ojo derecho y un arañazo por toda su mejilla izquierda. Tenía la camiseta rota, pero el arma que tenía sujeta en los pantalones no tenía sangre.

    —Álex, ¿qué ha pasado? —Sonaba desesperado y trataba de mirarme a los ojos.
  • ᴀʀɪᴀᴅɴᴀ | ⋆.ೃ࿔*:・idézett3 évvel ezelőtt
    ¿Y cuál era la mayor diferencia? Que los Guardias pura sangre no se derrumbaban y se desvanecían dejando tan solo un polvo azul. El Guardia seguía de pie, con una expresión horrorizada en su cara. Creo que pensaba que aún podía ser más astuto que yo, que no tenía un arma clavada en su pecho.

    Grité y saqué el arma de su interior. Y luego cayó. Primero de rodillas, y luego de bruces contra el suelo de mármol. Levanté la cabeza, tenía el arma sangrienta bien sujeta a pesar de que la mano me temblaba. No sabía ni el nombre del Guardia… y lo había matado.
  • ᴀʀɪᴀᴅɴᴀ | ⋆.ೃ࿔*:・idézett3 évvel ezelőtt
    La furia volvió a cambiar de aspecto, y me atacó con su pelo. Salté, le corté el cuello con el extremo en forma de hoz y rodé por el suelo. Unos segundos después comenzó a arder entre llamas azules, pero su risa continuó en el aire. Durante un momento me quedé tumbada de espaldas, mirando al techo. ¿Eliminar a cada furia contaba triple? Seguro que era suficiente como para pulir a Aiden y Leon.
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