El juego interior del golf

Bobby Jones de “liberar a la mente del control consciente”. Como tampoco era fácil concentrarse hasta el punto de llegar a “la absoluta exclusión de todos los pensamientos”.

Estoy convencido de que los mejores jugadores, y también los más felices, son aquellos que han comprendido que no existe ningún truco que funcione y que solo se aprende a jugar al golf con paciencia y humildad, y practicando continuamente las técnicas del juego exterior y las del interior.

La instrucción del hacer es básicamente una orden de hacer algo o no hacer algo. Se suele dar generalmente en la forma de “deberías hacer esto” o “no deberías hacer eso”. Es por eso que acarrea un aura de autoridad que hace que las acciones del alumno puedan ser juzgadas por la persona que da la orden.

La ley de la conciencia
El enfoque del Juego Interior sobre el aprendizaje se basa en el principio fundamental y poderoso del cambio. Lo llamo la “ley de la conciencia”. En su forma más simple esta ley dice que si quieres cambiar algo, primero incrementa tu conciencia de ello. Dicho de otra manera: La conciencia en sí misma es curativa. Cualquier cosa que ayude a incrementar la conciencia de lo que es promoverá el aprendizaje; cualquier cosa que esconda o distorsione lo que es bloqueará o distorsionará el aprendizaje.

La duda es la causa fundamental de error en los deportes

duda es la causa fundamental de error en los deportes. Dudar de uno mismo es lo que causa que el esquiador se tense hasta el

Esta frase evoca una tendencia que puede aplicarse a diferentes aspectos de la experiencia humana. Cuando nos enfrentamos con lo desconocido o lo incierto (algo muy común, por otra parte) los seres humanos tendemos a entrar en un estado de duda y a tensarnos instintivamente para protegernos. Metafóricamente, cuando dudamos de nuestras capacidades mentales tendemos a constreñir nuestras mentes o a volvernos cerrados. Cuando dudamos de nosotros mismos a un nivel emocional, constreñimos nuestros sentimientos. Y en el nivel físico, cuando dudamos de poder conseguir los resultados que queremos o cuando pensamos que podemos “hacerlo mal” tendemos a tensar exageradamente los músculos.