Pero «carecer de prejuicios» es una frase equívoca, porque la ausencia de ideas preconcebidas, en el sentido literal de la palabra, es imposible. Por el mismo hecho de nacer en una cierta familia, frecuentar a ciertos amigos, haber tenido tal o cual maestra en la enseñanza elemental, ir a determinado colegio o instituto, a esta o aquella universidad, por el hecho mismo de ver la televisión y leer el periódico, por el simple hecho de ser un hombre normal en con diciones normales, uno está impregnado, como por ósmosis, de ideas preconcebidas, es decir, de conceptos e imágenes en torno a los valores, de juicios previos sobre el significado de las cosas, y esto especialmente en los tres campos que he mencionado: destino, afectividad, política