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César Vallejo

Los heraldos negros

  • Alvaro E. Segovia Garcíaidézett2 évvel ezelőtt
    no vuelvas; ya murió mi corazón.

    Silencio. Aquí ya todo está vestido

    de dolor riguroso;
  • Marlen Mataidézett6 évvel ezelőtt
    Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!
  • kim claudiaidézett2 évvel ezelőtt
    Bordas de hielo

    Vengo a verte pasar todos los días,

    vaporcito encantado siempre lejos...

    Tus ojos son dos rubios capitanes;

    tu labio es un brevísimo pañuelo

    rojo que ondea en un adiós de sangre!

    Vengo a verte pasar; hasta que un día,

    embriagada de tiempo y de crueldad,

    vaporcito encantado siempre lejos,

    la estrella de la tarde partirá!

    Las jarcias; vientos que traicionan;

    vientos de mujer que pasó!

    Tus fríos capitanes darán orden;

    y quien habrá partido seré yo...
  • Jovani González Hernándezidézett4 évvel ezelőtt
    Tus brazos dan la sed de lo infinito
  • Haide De la Rosaidézettelőző év
    Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!
    Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
    la resaca de todo lo sufrido
    se empozara en el alma... ¡Yo no sé!.
  • Haide De la Rosaidézettelőző év
    Los heraldos negros

    Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!
    Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
    la resaca de todo lo sufrido
    se empozara en el alma... ¡Yo no sé!.
  • Rafael Ramosidézettelőző év
    Todos saben... Y no saben

    que la Luz es tísica,

    y la Sombra gorda...

    Y no saben que el misterio sintetiza...

    que él es la joroba

    musical y triste que a distancia denuncia

    el paso meridiano de las lindes a las Lindes.

    Yo nací un día

    que Dios estuvo enfermo,

    grave.
  • Rafael Ramosidézettelőző év
    Todos saben que vivo,

    que mastico... y no saben

    por qué en mi verso chirrían,

    oscuro sinsabor de ferétro,

    luyidos vientos

    desenroscados de la Esfinge

    preguntona del Desierto.
  • Rafael Ramosidézettelőző év
    Yo nací un día

    que Dios estuvo enfermo.

    Todos saben que vivo,

    que soy malo; y no saben

    del diciembre de ese enero.

    Pues yo nací un día

    que Dios estuvo enfermo.

    Hay un vacío

    en mi aire metafísico

    que nadie ha de palpar:

    el claustro de un silencio

    que habló a flor de fuego.
  • Rafael Ramosidézettelőző év
    Día eterno es éste, día ingenuo, infante
    coral, oracional;
    se corona el tiempo de palomas,
    y el futuro se puebla
    de caravanas de inmortales rosas
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